Dios está

Tiempo de novedades sin límites. Tiempo de buscar atajos para encontrarnos de otras maneras. Tiempo de creatividad para acercarnos a nuestros límites. Tiempo de mirar y ver horizontes sin fronteras. Tiempo de aprendizaje de un lenguaje nuevo que insiste por salir. Tiempo de entender la aceleración del tiempo de un modo nunca visto, porque ahora el tiempo se cuenta por casos. Entre sospechados, negativos y confirmados.

Tiempo de desolación para los cristianos católicos porque no tenemos la Eucaristía al alcance de la mano. Búsqueda de nuevas maneras de celebrar. Ánimos encendidos por difundir lo último que se sabe, si hay o no hay Misa, cómo está trabajando el papa Francisco, cómo celebran en otros lugares. Dichos, frases, comentarios, hilos en red, redes al rojo vivo.

Y Dios está. Dios insiste invisible entre nosotros. Dios perpetúa indefinidamente su novedad creadora. Dios continúa plantando la Cruz de Jesús que germina la salvación y la redención. Dios sigue siendo Espíritu Santo que despliega alas de Amor, sopla vientos de Esperanza y enciende fuegos de Fe ardiente.

Dios está para seguir celebrando la Vida con nosotros. Porque en estos momentos, la Verdad, la Bondad y la Belleza despliegan su más intenso y genuino perfume.

Dios está obrando en el silencio del corazón de cada persona. Dios propone esta inmensa Eucaristía Espiritual sin fronteras que nos re-coloca definitivamente ante la Santísima Trinidad. A imagen y semejanza. En cuerpo, alma y espíritu.

Como desde la eternidad que nos precede y ante la eternidad que nos invita a caminar: Dios está.

LC

Marzo 2020